el folletín de la poesía contemporánea

novela ensayo en capítulos mensuales, que se propone analizar la generación del 90 en poesía,
y sus ramificaciones hasta hoy

lunes, 20 de junio de 2011

Vie, vie, vie...raire

Al principio cuando lo conocí nos encontrábamos seguido a conversar sobre poesía y política, entonces, uno de sus rivales literarios me dijo: “vos lo considerás un amigo pero no te das cuenta que nada más está viendo a ver si te puede garchar, y seguro que le parece una mierda lo que escribís, ni siquiera te considera un par intelectual”. Y puede ser que no me considere una amiga, porque como su rival y otros noventas, seguramente cree que la amistad y la enemistad, así como la rivalidad literaria son cosas entre varones. A las chicas nos tienen reservada la función sexual, porque tienen prohibido por ley objetivista expresar sus sentimientos. Que lo que escribo le parece una mierda ya lo sé, me lo dijo él mismo, una tarde en Billinghurst pasamos cuatro horas hablando de poesía y política, frente a frente, con el cenicero en el justo medio entre nosotros, tomamos mate y fumamos un paquete de cigarrillos, cada uno. Me dijo que lo único bueno que había escrito era el poema Tornado de Transformaciones. Le leí un poema nuevo, Evolución, que ahora está al final de Las bellezas del lobo, todavía corregía el libro, así que le pedí una opinión, me dijo que era una basura neorromántica, algunos verbos como “busco…” le parecieron realmente horrendos, y la palabra “transida” directamente abominable. Encima empezaba en ese momento con una cita del evangelio de Juan; como yo le discutía me dijo “si querés dejá el poema, pero por favor sacale esa basura bíblica del comienzo por favor”. Y le hice caso, no solo en eso, aparte cambié “transida” por “atravesada”, así que yo sí me siento su amiga y le agradezco, por su sinceridad y las correcciones que me ayudaron. Pero como sé que no es mutuo, cuando llamo a su casa, me atiende otra persona y me pregunta quién soy, yo contesto “Julia, la editora”.

La obra de Rubio como un proceso biológico que va del balbuceo a la palabra y de la sensación al sentimiento. De sus primeras obras tengo una imagen doble: primero la de un yo inmaduro que solo registra objetos y personas sin procesarlos y segundo la de una antena satelital sensible a formas colores y ritmos que producen la impresión de un horizonte llano e inánime, como un horizonte de llanura.
En Personajes hablándole a la pared dice (pág 11) “La indiferencia/ también es un método. Se puede deslizar/ la mirada sobre los árboles, las mesas, el mozo/ de saco arrugado, el fluorescente/ roto, la mujer que esquiva un charco, el coche/ en doble fila, bañando todo/ en el mismo tinte opaco, dejando sin cubrir,/ si acaso, algunos cuadrados,/ magros, por donde respirar…” y también en pág 28 de Música mala dice Helder “los personajes de Rubio se desplazan lentamente en la esfera del espíritu en procura de comida y toda su actividad subversiva se circunscribe a ciertas edades (infancia, adolescencia) y ciertos tópicos de la vida vecinal: la Gillette en el tobogán, las canciones pornográficas. Son parásitos que se enquistan ante el menor contratiempo: la prédica de “un locutor de la contra”, por ejemplo. Ni siquiera les queda el consuelo de haber sido hombres una vez, como a los “ex hombres” de Quiroga. Música mala registra un descenso en el árbol filogenético, una regresión simbólica a los protozoarios”… “casi no hay reflejos de dinámica social. Lo que se muestra es una galería de personajes que, aplastados bajo una capa anacrónica de determinismo naturalista, devienen interioridades alienadas, singularidades no deseadas, entes regresivos que se reproducen asexualmente, por simple bipartición, como el padre que entona/ Estoy liquidado. Mi hijo también,/ etc. En una palabra: infrahumanidad”.
Este mundo que no puede ser mas pasivo logra dinamismo y temperamento por una condición mnemónica virtual de ritmos y formas que son sincretizadas intuitivamente por el poeta y a las que este pone un ropaje plebeyo pero provienen del mundo cultural y poco tienen que ver con una empatía hacia esa realidad; parodia a través de la forma llámese Zelarrayán, Lamborghini, etc.
En sus primeras obras su lirismo se construye en base a una manipulación de resultados pág 40 de La garchofa esmeralda “Corrí a buscar papel y lapicera y de un tirón escribí un poema patético que preveía la muerte por caída en un pozo del prepúber de las curitas. Se lo di a mi maestra y al mes siguiente, en un acto oficial,… recibí el segundo premio… La maestra luego le dijo a mi madre que mi poema era el mejor, pero no le habían dado el primer premio porque era demasiado oscuro. Chau, pensé, la poesía social rinde”..., en pág 26 “Escribí elegías, poemas narrativos, odas patrióticas, haikus, cuentos policiales, ensayos sobre teoría de la posmodernidad: no todo se publicaba, pero todo daba rédito”… y pág 24 y 25 “La psicosis también me salvó de laburar. Comprendí rápidamente que podía convertirse en un medio de vida, de este modo: mis padres estaban dispuestos a que no hiciera un tratamiento dialógico, pero los profesionales les habían dicho que debía tomar una medicación de mantenimiento de por vida. Yo hacía caso por un tiempo y después dejaba de tomarla en secreto, y cuando el secreto se develaba desoía los gritos de mis viejos y seguía tan campante. Resultado: tenía una nueva crisis, me enchufaban Halopidol hasta por las orejas y quedaba mormoso un año. En esas condiciones, lógicamente, no podía conseguir trabajo, así que mi padre me sustentaba módicamente, lo suficiente para fasos, cerveza y libros. Esta manera de explotar a mi viejo pude sugerir un resentimiento oculto contra él, pero la explicación es menos novelesca y más práctica: yo no era simplemente un vago, sino, más trascendentalmente, un inútil, y de alguna manera debía mantener mis vicios”. En general los autores de la generación del noventa son manipuladores de resultados. En pág 116 “el simulacro en lugar de la idea” y 117 “El mundo referencial es ya una imagen, mudable, de otra cosa. ¿De qué? De la voluntad de dominio… la fe profunda que se deduce de sus prácticas efectivas es en un poder omnímodo… no cree en la autoridad”…Vive en guerra a causa de esta creencia.
Hay en la obra de Rubio una especie de marisma intelectual que es como un telón de fondo de toda su producción, como un caldo de cultivo elemental donde los elementos de la realidad cultural y de su entorno se mezclan, se arraciman, emergen como un destello en sus poemas; algunos terminan abruptamente o se disuelven como bosta en el poema Vie, vie, vie…raire pág 59 de Sobrantes “La novela circula como vino entre estos/ invitados. Es la sangre hecha alcohol benéfico/ para los acólitos que en diversos estados de lucidez/ sólo se embriagan para no/ morir. Es la cultura que mejora/ el espíritu humano y promueve/ el progreso del espíritu humano y progresa/ en la espiral descendente/ del espíritu humano. Si un perro entrara/ y en un rincón se pusiera en silencio/ a defecar los presentes en sus puestos/ con una media sonrisa horrenda se helarían/ y el calor mefítico de la bosta/ los derritiría”, no cobran entidad especialmente en sus primeros poemas pág 28 de Música mala dice Helder “Esta alineación sin alternativa de los sujetos se vincula, por contigüidad, con los espacios interiores: el perdedor se funde con el sofá, el círculo de cochambre que enmarca la cocina arranca del pelo sucio de su ocupante. Sujetos e interiores se vinculan, a su vez, con el contexto social y el tejido urbano al que pertenecen: el living es un búnker porque “la capital de Suroccidente es ahora una grande y hermosa ruina”. Los interiores son metonimias de los sujetos; así como aquellos se muestran permeables a los ruidos del exterior, éstos son penetrados por los diversos discursos sociales, identificados en Música mala con las señales de radio y televisión”. La realidad es un disfraz; en los primeros poemas aparecen impresiones arracimadas en un sincretismo que le da un sentido críptico por eso decimos que manipula resultados de una realidad no asimilada, (o sea: no pasada por su razonamiento, su construcción); con respecto a esto vemos un paradigma su mención a los vendedores, al negocito (pág 12 Rosario), justamente el comercio es parodia de esa confrontación limite con la otredad, frontera de aspiraciones y necesidades, coordinación inmediata y certera (para que la venta sea exitosa) frente a alguien que quizás no conozco y veo por primera vez pág 4 de Personajes hablándole a la pared “La luz del mediodía parece molestar” (y justamente la luz del día es la que fomenta la actividad, el trabajo) “si fuera algo sería jugador profesional” (actividad lúdica y gratuita) “no producir nada ni depender de nadie” (falta de compromiso con la realidad) “entregado”… “no a un don ni a una pericia, sino al mero movimiento que no sabemos si lleva hacia atrás o hacia delante o afuera”… pág 5 “tirados como amebas en el sofá, mirando las uñas que quedaron en el suelo”… pág 6 “cada palabra de la oración agrega, a mis miembros, algo más no de peso, sino de nimiedad”… pág 8 “gira el disco en la bandeja, crepita, no saben qué hacer, adónde ir”… pág 9 “siendo difícil saber si viene hacia nosotros un futuro calculado o un pasado que no va a retroceder, ¿quién de los dos se mueve primero?”
En Música mala (poema Romance) pág 17 tropos y pathos se confunden, apenas surgen los elementos reales se convierten en clichés, en compartimentos estancos de una realidad maquinal, solo se los rescata por el sonido y el ritmo “Tropos y pathos en la entrada/ se ignoran, semblantean; se los palpa, se los purga,/ están secos, en la pista se bifurcan,/ se calibran, se producen breves choques, breves/ lapsos de sueño en el baño; cada punto vigilado/ por los vicas que se plantan, los expulsan,/ en la entrada se fintean, insultan, amenazan,/ se trenzan, caen, se levantan, caen, patinan, pisan/ pedazos de bazo, segmentos sueltos/ de intestino; pierden, hacen ochos,/ sietes y nueves, se reviran y refalan/ en la sangre, entre relumbrones/ de vidrio verde, botellas rotas,/ basuras. Después viene la patrulla y limpia,/ viene la ambulancia y limpia, el cronista de Crónica/ cronifica: en el hospital están todos limpios./ Solo en el café de enfrente bebe sorbitos de café/ irlandés, sonríe, sigue las piernas de la moza/ joven, qué piernas, de una punta a la otra/ del mostrador, de la sala, de-a, de-a:/ sonríe. A la mañana le llega el matutino/ serio, que no dice nada”… “el cronista teclea porque lleva en los oídos/ la correspondencia de los armónicos: tic-tac, tic/ tac, tacatác tacatác tictictacatá----tiqui-taca./ Titula: Tragedia Espantosa En El Tropicana:/ ¡¿Hasta cuándo?! Cuando en el café de enfrente/ está solo tomando café y ve/ a uno con cara de malo, el cronista sabe/ de entrada lo que va a pasar: se toma café,/ se habla, se discute al final/ se corresponde: son armónicos ambos,/ tiquitacas. Correspondemos, dice,/ quinientos ahora, después/ rediscutimos. Mirando hacia el fondo comprueba/ la verdad de un preconcepto”. En pág 13 de Música mala sigue manipulando resultados de una realidad que no lo moviliza, incluso el arte no lo moviliza (está reproduciendo una poesía maquinalmente, con ironía… “se consuelan con lo ya aprendido” como algo mediocre). En el poema Vie, vie, vie…raire de Sobrantes pág 59 (que ya citamos anteriormente) vemos que no solo lo aprendido sino el arte de sus contemporáneos también.
Lo estrafalario en su poesía habla de un desfasaje con la realidad vivencial, prefiere jugar con lo formal, no empatiza cita y enumera, barrera entre individuo y entorno, angustiosa, contenida por la forma y exorcizada por la ironía y el ritmo.
En Rosario el poeta no solo registra sino que se involucra, se torna más deliberativo, arriesga reflexiones, precisa temas y emerge a un espacio tiempo, es como si se incorporara vivencialmente a un entorno cultural-social aunque con notas de banalización e ironía que alcanzan clara connotación en el poema Enseña de Rosario y se profundizan en un pequeño poema del libro Sobrantes, Égloga, que es como un manifiesto de su propia poesía. La égloga es una forma literaria que celebra la naturaleza, él también la celebra, pero para decir que lo natural se disuelve, es la nada, el poeta se muestra su nihilismo, y hay un uso irónico de la égloga. El viento es lo más sutil, es el que todo lo mezcla, formal e intelectualmente, como lo que hace él en su poesía. Aquí se presenta como un alquimista que en una síncresis de elementos materiales (de la naturaleza) y mentales lo trasmuta y logra hacer nacer algo nuevo en el fondo de la marmita.
El tono irónico y lúdico recorre su obra, con él mezcla los elementos borrando los contornos individuales, convencionales entre las partes y el todo. Por ejemplo las intertextualidades en sus poemas, como en pág 13 de Música mala en el poema La vida y el canto el poema se funde al final en una cita, ó en Rosario pág 23 poema Lugar privado también termina el poema con una cita de un cartel de la pared, o en Romance de Música mala, el sistema de citas denota un elemento lúdico. Juega también irónicamente con formas literarias como por ejemplo con el soneto en Prosas cortas, llena las formas literarias tradicionales con un contenido abyecto. Este juego irónico-lúdico que muestra volúmenes funciones ritmos se pone bajo el imperativo de que todo se disuelve en su principio como vimos en pág 59 de Sobrantes, (como si todo se degradara cuando se va particularizando y al final termina en su principio). Y adquiere en sus últimas obras un tono nihilista; o sea cuando la marisma intelectual se torna vivencial se vuelve nihilista, así en La garchofa… piensa la poesía mientras se piensa a sí mismo, por ejemplo en Martina, es un resumen de toda su poesía pág 104 “No me importa que no sea linda ni piola ni simpática ni compañera, no me importa que cuando estamos solos en la oscuridad y yo me desvelo y ansío, no me conteste cuando le toco el brazo, no me importa que nunca acierte con el color de tintura que le queda bien, no me importa que sus amigos no entiendan por qué estoy con ella, no me importa que se ría en los momentos serios cuando vemos una película de Coppola por el cable, no me importa el olor punzante de su entrepierna, no me importa que a veces se olvide de depilarse, no me importa que no se lave los dientes, no me importa que se acueste con tipos que las demás mujeres no tocarían ni con una pértiga, no me importa que algún pariente me llame para contarme que se encontró con una novia mía de la adolescencia y que le preguntó por mí, no me importa que desde un punto de vista estrictamente bolche ella sea una lumpen que no aporta nada a la sociedad ni a su cambio, no me importa que sus coetáneas más burguesas la consideren una grasa, no me importa que le guste Doménico Modugno, no me importa que nunca se acuerde de lo que le conté la noche anterior, no me importa que sea de Boca, no me importa que se haga la boluda cuando coqueteo en una fiesta con otra chica, no me importa que hable siempre de vivir más limpio mientras tira sus bombachas y toallas húmedas por toda la casa, no me importa que sea feliz o infeliz, porque yo a Martina la quiero.” ¿Que un poeta de la época actual tenga este rasgo sentimental no te confunde a vos? Tanto cuando manifiesta el nihilismo como acá cuando expresa un sentimiento, eso muestra una elaboración sincera y madura de la realidad. Como si la realidad hubiera pasado por él, no es solo cita y enumeración, es como si hubiera logrado organizar en algo el caos. La poesía respira. Por fin, entre tanta lógica objetivista (…un micro pasa hacia la derecha, después se dirige a la izquierda, ahora vuelve hacia la parte baja de la ciudad, un chico se tira un pedo…., porque así es el objetivismo, no me digan que no, juajjajajajaj).
Para concluir este capítulo les informo, que mi más sincero deseo es ir uno a uno por cada uno de los noventas, como en la película Kill Bill, (a Bill lo dejo para el final), lo que pasa es que tengo poco tiempo por alguna circunstancia familiar que es de público conocimiento. Sin embargo, y si me tienen paciencia, prometo cumplir con la promesa que les hice en un comienzo y no parar hasta destripar hasta el último, a todos y cada uno de los de “la pelea”.