el folletín de la poesía contemporánea

novela ensayo en capítulos mensuales, que se propone analizar la generación del 90 en poesía,
y sus ramificaciones hasta hoy

martes, 31 de julio de 2012

Rambo misión Embalse

El otro día en una mesa de debate que se organizó con motivo de la inauguración de los talleres literarios Embalse recibí por lo menos tres dardos envenenados, y voy a usar estas palabras como Rambo usó el cuchillo para sacarlos de la carne, internet será el espejo que me permita realizar la operación casera. El primer disparo me hirió en el brazo derecho, pues se dijo que Gog y Magog es una editorial del 90, y que lo único identificable como post 2000 serían Blatt como supuesto representante de una línea que llamaron “lírica” que se distancia de la estética de los 90; y la editorial Spiral Jetty como representante de una corriente formalista que también sería algo supuestamente novedoso. No sé si adjudicarlo a la desinformación o si entenderlo de manera intencionada, pero me inclino por lo segundo ya que esto lo escuche de parte de quienes habían llevado un discurso preparado, pensado a la mesa de debate, pues habían sido convocados como expositores y yo no subestimo a nadie. Los fundadores de Gog y Magog Petrecca, Lobov y quien les habla, nos conocimos en el año 2000 en un taller mientras corregíamos y escribíamos nuestros primeros libros (a Colagiovanni la conocimos en 2004); y en el 2003 decidimos juntarnos y armar una editorial para publicar esos primeros libros nuestros y los de otros autores amigos también inéditos. La primera colección de libros salió en 2004 incluyendo libros de Lucía Bianco y Francisco Garamona, (que solo había publicado alguna cosita en el 2000, pero era prácticamente inédito y recién comenzaba a intervenir en el ámbito literario). En mi caso personal, yo no tuve absolutamente ningún contacto con la poesía contemporánea hasta 1999, y como nací en 1976, en 1990 tenía 14 años, y aunque ya escribía y leía bastante literatura, en realidad jugaba al jockey, quería ser modelo y veía Montaña rusa. Petrecca, Lobov, Bianco, Colagiovanni, Garamona, Fragasso, Rodríguez y otros, no sé qué hacían en los 90, pero ninguno superaba los 14 años, mientras los autores del 90 tenían entre 20 y 25, estudiaban Letras y se juntaron con motivo de la venida del poeta Juan Gelman a la Argentina. Es cierto que Gog y Magog publicó autores del 90 como Durand, Rubio, Edwards, Rojo, Villa, Desiderio, pero tenemos más de 60 títulos publicados, de los cuales 10 a los sumo serán autores del noventa, 20 aproximadamente son traducciones... y el resto autores que escribieron a partir del 2000. Se puede pensar que los autores que publicamos y los editores estábamos influidos por la poética del 90, (lo que es muy discutible), pero afirmar que somos una editorial del 90 es imposible porque las fechas lo desmienten. Además Spiral Jetty que es una editorial que me gusta y los aprecio mucho a los Alemianes, justamente está dirigida por autores que produjeron su obra poética principalmente en los 90, y los autores que publican muchos de ellos también participaron activamente durante esa década. Incluso en el caso de Blatt... ¿puede decirse que su poesía es más diferenciable de la estética de los 90 que la de Lobov, Petrecca, o la mía?, por poner algunos ejemplos. Me pregunto entonces, cuál puede llegar a ser la intención de quien afirma esta burrada, y no se me ocurre otra respuesta: se sabe que el ambiente de la poesía es muy competitivo. El segundo disparo me hirió en la mano, se preguntaban cuáles son las condiciones que favorecen la creación de una nueva subjetividad poética, y entonces sin justificación afirmaron que la traducción y lectura de poesía extranjera no pueden aportar nada, porque... ¿qué se puede descubrir que no se haya hecho? Bueno, es obvio que el que no traduce le reste importancia a la tarea de traducción. Gog y Magog dedica gran parte de su trabajo a la traducción y publicación de poesía extranjera, y no porque creamos que hay algo por descubrir, en realidad históricamente siempre los poetas se han nutrido de la lectura entre otras cosas para construir su propia escritura. Y en el mundo globalizado en que vivimos, si tiene que surgir una nueva estructura de sentimiento surge a nivel global, por lo cual estar al tanto de lo que se escribe en otros lugares es tan importante como conocer a los contemporáneos que viven en el mismo país. Desde mi punto de vista la poesía se alimenta de la lectura, el descontrol de los sentidos, la interacción intensa con otros poetas contemporáneos, las desgracias personales, el sufrimiento, y por supuesto las condiciones materiales de existencia. Pero un poeta que no lee, carece de uno de los principales combustibles literarios. Promover la no lectura de poesía entre los jóvenes porque “sos genial, no necesitás leer nada porque lo tenés todo” para mí es inmoral. Es una forma de eliminar competencia. Es muy conocida la posición de Goethe frente a los que pretendían en su época que ser nacionalista era publicar y difundir la literatura alemana, mientras Goethe por el contrario, sostenía que en realidad el verdadero nacionalismo consistía en traducir la literatura del mundo al alemán, pues implicaba incorporar, apropiarse de la historia de la cultura occidental. También se dijo que bueno, Durand ya había traducido la poesía china en los 90 pero... “¿qué más se puede hacer al respecto?” ¡Y bastante más se hizo! Durand tradujo algunos poemas de Tu Fu del inglés al español, y la versión que creó es hermosa, pero detrás de la antología de Petrecca hay una investigación única de la poesía actual en China, ¡y son 100 poemas que tradujo directamente del chino al español! No sé cuántos pueden hacer eso... Por no hablar de las otras traducciones publicadas en Gog que son buenísimas. El tercer disparo fue al corazón pero falló, y solo rozó de costado la mejilla, una herida superficial por observar un nuevo intento por tender un puente directo desde los machos del 90 a los minimachitos actuales sin solución de continuidad, pasando por encima de un montón de poetas mujeres que parecemos no existir o no haber existido jamás. Yo sé que todas sentimos lo mismo y nos identificamos en este punto, y creo que deberíamos crear un movimiento, una editorial o simplemente una red virtual de mujeres poetas argentinas. Pero para terminar quiero decir que en definitiva las categorías que agrupan poetas en generaciones, clanes, grupos, género, todos sabemos bien que son arbitrarias y pelotudas; porque la poesía es creación de un sujeto individual, y por más que los poetas se junten o no, sean reseñados o no, sean incluidos o no en las categorías de la crítica, más allá de los clanes y los movimientos literarios, la genialidad de un poeta no sé sabe de donde viene y no se puede levantar ni tapar con política, dinero o poder, porque como decía mi bisabuela calabresa (en dialecto que no sé bien cómo se escribe): “a la squaliata di la neve si vide l’stronzi”, y quiere decir “cuando se derrite la nieve se ven los soretes”.